En las últimas semanas se ha postulado intensamente el papel coadyuvante que podría tener la infusión endovenosa de vitamina C en la respuesta del organismo frente a la infección por COVID-19. Revisemos brevemente qué dice la evidencia al respecto.
Desde el punto de vista inmunológico, la vitamina C presenta influencia directa sobre el funcionamiento de monocitos, neutrófilos y linfocitos (incluye a sus tres subtipos linfocitos T, linfocitos B y natural killers). Estas células contienen 50-100 veces más vitamina C que aquella que circula en el plasma (esto implica que la concentración sanguínea de este micronutriente no indica necesariamente el estado de los almacenes corporales).
Debido a lo poco que se sabe hasta el momento sobre la fisiopatología de la infección por SARS-COV2 (COVID-19), la mayor parte de los protocolos de investigación se basan en lo aprendido a partir de la infección por SARS-COV en el año 2002. En estos modelos, el virus del SARS presentaba una replicación intensa acompañada de una respuesta retardada de interferón (IFN) (el interferón atrae macrófagos encargados de destruir microorganismos). Esta respuesta retardada producía una extensa inflamación pulmonar que a la larga terminaba atrayendo mayor número de monocitos-macrófagos.
El uso de vitamina C intravenosa ha mostrado resultados prometedores y desde algunas semanas atrás está siendo incorporado dentro de la terapia contra el COVID-19 en diversos hospitales de China; sin embargo, existe todavía la necesidad de estudiar el efecto de la suplementación de este micronutriente antes, durante y después de la infección para saber a ciencia cierta cuál es su papel en el fortalecimiento del sistema inmune, la reducción en la tormenta de citoquinas o el fortalecimiento de los mecanismos antivirales (4), información que hasta el día de hoy se encuentra en el terreno de la hipótesis. En este sentido, en febrero pasado se inició en Wuhan, China un estudio clínico cuyo objetivo es investigar la infusión de vitamina C para el tratamiento de la neumonía severa por COVID-19; el estudio incluye 140 pacientes que recibirán 24 g/d de vitamina C por 7 días. Se valorarán los requerimientos de ventilación mecánica, medicación vasopresora, puntuación de falla orgánica, tiempo de permanencia en unidad de cuidados intensivos y la mortalidad en un periodo de 28 días; el estudio concluirá en setiembre (5).